Maldito vicio de escuchar música en el colectivo

Esta mañana me tomo el C7 camino al trabajo y, al subir, como veo que hay poca gente, me voy al fondo para estar más cerca de la puerta de salida y así no tener que importunar a todo el mundo cuando me quiero bajar, ya que en dos paradas más el colectivo se pone hasta las tuercas. Cuando llego al fondo, diviso un asiento vacío y hacia allá me llevaron mis nalgas. Me siento tranquila, contenta con la vida, pero hay algo en el ambiente que resulta molesto...algo molesto para mis oídos. Miro a mi alrededor y verifico con mis ambos ojos que esta señorita que está sentada casi a mi lado, pegadita a la ventana, está escuchando cuarteto al palo. Y no sólo eso, también se sabe la letra, y la canta!!! La miro de reojo y pienso en tocarle el hombro, decirle que soy investigadora social y que estoy analizando los motivos por los cuales una persona escucha música a todo volumen en un espacio público donde no todos comparten el mismo gusto musical. Quiero pedirle además que me ayude a entender cómo puede apreciar música que sale con un sonido tan deficiente a través del parlantito saturado de un celular. Además deseo preguntarle si puede darme una respuesta aproximada de por qué las personas que escuchan música fuerte en un medio de trasporte público (sea éste un ómnibus, tren o subte) generalmente optan por los géneros de cuarteto, reggaeton o cumbia villera y no por otros géneros musicales como la música clásica, el soul, el jazz o el rock (inter)nacional.
Pero me detengo a pensar un momento y luego de un par de especulaciones en mi mente, llego a la conclusión de que esta señorita quizá no escuche la pregunta porque su música está muy fuerte. También temo que el interrogatorio sea muy elevado para su nivel intelectual, puesto que una persona que no piensa que su música puede incomodar a otros, tampoco creo pueda descifrar el mensaje implícito en mi pregunta y, es más, hasta pueda tomarlo como un insulto. Tampoco tengo el deseo de decirle "¡Hey! ¡Desubicada! ¡Bajá el volumen o enchufate los auriculares!" porque no ando con ganas de pelear ni de explicar a una incivilizada qué es lo que diferencia un acto de buena conducta ciudadana de uno de mala conducta.
Entonces sale la Jaimita de adentro mío que dice "Ni te gastes...dale de su propia medicina y listo". Así que meto la mano en el bolsillo, saco mi celular con mp3, busco la canción "The Beat Goes On" de Madonna y yo también pongo la música al palo (¡Tomá! diría mi abuela) y para divertirme más, la canto, sí sí... en voz alta, en IN-GLÉS, y marcando el ritmo con pierna y pie (On and on, on the beat goes...on and on, on the beat goooooesss ....get down, beep beep, gotta get up outta your seats...)
Yo no les puedo explicar cómo se les des-fi-guró la cara a ella y a la amiga sentada justo al lado mío. Horrorizadas miraban cómo yo articulaba palabras incomprensibles y comenzaron a cuchichearse al oído. Luego la cantante/escuchadora de música bajó el volumen, dejó de cantar y, medio estupidizada, me miró a lo chino, así con los ojos finitos y entrecerrados mientras continuaba de charla con la amiga (Sonrían pequeñas...les acabo de regalar el don del diálogo...hasta recién ni se miraban). Luego creo planearon algo en mi contra, buscaron una canción y la pusieron fuerte. Yo seguí en la mía, mirando al frente, meneando la cabeza y cantando este tema largo. Debo admitir que me costó sostener este acto, porque por un lado estaba tentada y por otro lado me pesaba la culpa de molestar a otras personas.
Afortunadamente se bajaron a las pocas cuadras. Ni bien se bajaron apagué mi celular, me lo metí en el bolsillo, y continué mi viaje en silencio hacia el trabajo. Los muchachos de al lado se miraron y uno le dijo al otro: "¡Por fin silencio! Menos mal que se bajaron...es que encima no les podés decir nada porque no sabés cómo van a reaccionar."

Maldito vicio de las personas que escuchan música fuerte en los medios de transporte sin importarles el resto de los pasajeros, maldito vicio.


CONSEJO: Deje de tenerle miedo a esta gente y busque la forma de que dejen de imponer su música de mala calidad a todo el mundo.