Maldito vicio de la arena


Venís caminando por la calle, de repente se levanta una tormenta de aquellas. Sopla el viento a toda velocidad y vos justo estás pasando frente a una obra en construcción. Vuelan pedazos de bolsas de Portland, cartones, una tabla, la media de un albañil y arena...y obvio, se te mete un granito en el ojo. Y vos justo te juntabas a charlar "temas serios" con tu novio (casi ex) y cuando te ve llegar con los ojos colorados e hinchados piensa que arrancaste de entrada con el melodrama y el llanto y él ya empieza la charla con cara de ojete, cerrado y obtuso porque ni ahí que te cree la verdad de tu historia.

Venís del dentista y andás con mucha sensibilidad dental. Encima te hiciste un tratamiento de conducto, te arreglaste una muela del fondo y te sacaron el sarro de la parte de atrás de los incisivos inferiores. Llegás a tu casa con mitad de la trucha caída por la anestesia, chorreando un poco de baba, dentro de la boca experimentás un dolor tan agudo y tal sensibilidad en los dientes que no te aguantás ni la entrada del aire por la boca. Te vas al baño a mirar en el espejo para chusmear cómo estás (al igual que cuando volvés de la peluquería, es imposible no ir al baño a mirarse) y cuando entrás jjjjjgggggghhhhiiiiiiiiiiiii...rechina un granito de arena que quedó trabado debajo de la puerta del baño y a vos ahora te duele como si una mula terca te hubiera pateado en el medio de la geta.

Tenés una fiesta de disfraces y decidiste ponerte unas botas acordonadas altas hasta la mitad del muslo. Tus amigos siempre te dijeron que tenías pinta de traba y hoy era el día de demostrarles que tenían razón. Tardaste 5 minutos para calzar la bota en el pie derecho, 10 para enhebrar el cordón por toooodos las agujeritos y 3 para agustarlo bien. Hiciste lo propio con la bota del pie izquierdo. Le pediste un corset a tu novia, una micro mini a tu hermana y te maquillaste como un verdadero profesional. Saliste del baño rumbo al espejo de tu dormitorio para admirar el resultado final y al segundo paso que das...oh! sentís una puta piedrita en la planta del pie. La querés correr hacia la punta de la bota, pero está tan agustada que no se mueve ni un milímetro de su lugar. Así que te sacás las botas apurado para no llegar tarde a la fiesta, empezás a transpirar debajo del corset ajustado. Como hacés todo a las corridas se te empieza a enredar el cordón por los tacos del calzado y las tachas de la mini, seguís transpirando más y se te empieza a correr el maquillaje y a alborotar la peluca de rulos. Finalmente lográs quitarte la bota, sacar el grano de arena y vuelta a empezar con el ritual de ponerse las botas. Conclusión, sos una mezcla de cabra loca, chivo y cebolla. Te fuiste de tu casa apurado y sin mirarte al espejo. Cuando llegás a la fiesta tus amigos te ven y dudan de que si en realidad no estás retornando de un arduo día de trabajo.

Primera cita con ese muchacho agradable del gimnasio. A vos hoy se te desprendió la corona de un molar justo antes de salir a cenar con él; gracias a Dios tenías "La Gotita" gel en tu casa y te reincertaste el diente como para que quede pasable y no se note que te faltan sillas en el comedor. Van a un restaurante muy fino y paquete donde sirven platos de mar. Vos te hacés la que conocés mucho de frutos de mar y te pedís unas otras de blebleblé gratinadas. Ponés cara de gatito sexy durante la charla y sonreís con la boca cerrada cosa de retener el diente. Cuando te traen la comida, tomás la primera ostra, chupás el contenido de la conchilla, le das una masticada al molusco y crack! le entraste el diente a una arenilla procedente de la concha...de la "concha de su hermana se me acaba de despegar el diente!" Y la corona se te va para la garganta y te obstruye la salida del aire. El chico justo te estaba diciendo un piropo y piensa que te pusiste colorada de pudor. Dos minutos más tarde cuando ya te vé violeta tirando a azulino, se da cuenta de tu situación y con valentía te aplica la maniobra de Heimlich. A la tercera compresión abdominal expulsás el diente que sale volando y cae en su copa de champagne. (Bueno...esto en realidad es lo que hubiera sucedido en una comedia hollywoodense, lo tuyo fue peor...porque te salió una escupida más cercana al babeo y la expulsión convulsiva de las materias contenidas en el estómago (más la corona, y no de reina precisamente) que se te chorreó por el escote, entre las tetas y el vestido...Super sexy! Y más sexy aún fue sacarte el diente de entre medio del corpiño.)


Maldito vicio de la arena de meterse en todos lados, maldito vicio.

CONSEJO: La verdad es que pienso y pienso, pero para esta situación no tengo consejo alguno. Ayúdenme y denme uno ustedes...lo único que se me ocurre es para la situación 1 utilizar antiparras los días de viento, pero la macana es que no queda bien con la ropa...sólo va bien con traje de baño y en un natatorio.

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